Vistas de página en total

ANALIZANDO INFORMACION

Se calcula que en Internet hay cerca de 60 millones de páginas web de información y que circulan por la Red unos 100.000 mensajes públicos diarios con todo tipo de referencias. Esto crea una situación en la que hay buenas y malas noticias: las buenas, que cada vez hay más información pública sobre todos los temas imaginables; las malas, que encontrarla no siempre es tan fácil como a muchas personas les gustaría, sobre todo a los principiantes. Nunca lo de “encontrar la aguja en el pajar” tuvo un equivalente más real, ni era posible imaginar un pajar tan grande, creciendo día a día y que se llena de agujas cada vez más y más interesantes.

Cuando se habla de Internet, se suele describir en primer lugar la gran cantidad de páginas con información disponible que hay en ella, pero la parte más complicada (las búsquedas) queda siempre en un segundo plano, como desagradable sorpresa para quienes se conectan por primera vez. Es el navegante el que tiene que ingeniárselas para dar con la información deseada. En muchas ocasiones, la información y la búsqueda en sí están llena de paradojas y situaciones extrañas, muchas veces frustrantes.
En cualquier caso, es normal cierta confusión entre los principiantes a la hora de buscar algo en Internet: la Red está llena de información valiosa, pero también hay muchísima información poco relevante (denominada “ruido”) que hace perder tiempo a la hora de buscar algo. Los propios sistemas de búsqueda no son perfectos, y el desconocimiento de las herramientas empeora las cosas.
El dicho popular “todo lo que puedas soñar que existe está en Internet” tiene mucho más de cierto que de falso, pero no dice nada sobre lo fácil o difícil que pueda ser encontrar lo que uno busca. Cualquiera que lleve tiempo circulando por la Red le podrá confirmar que seguramente existe eso que por razones de trabajo o afición está buscando, pero también debe advertirle que necesitará algo de tiempo para aprender a usar los buscadores y filtrar el ruido recibido hasta dar en la diana. Tal vez sea la temperatura de una remota ciudad, una descripción del penacho de Moctezuma o una foto de un carnero merino... La página más interesante sobre Kenneth Branagh, por ejemplo, puede estar escondida entre quinientas otras con referencias sobre el actor, sus películas, citas y referencias a Shakespeare, pero se puede terminar encontrando con un poco de paciencia. 
Muchas veces, los usuarios terminan padeciendo lo que se denomina “angustia de la información”: hay demasiados datos revoloteando por el ciberespacio, imposibles de procesar (o encontrar) por un ser humano por mucho tiempo que le dedique al día, y la tarea de encontrar “lo mejor sobre...” se convierte en una misión imposible. En ocasiones esto hace que la persona se desespere al buscar una página o documento sobre un tema determinado, y que olvide lo más importante: dedicar previamente unas horas (o días) a comprender exactamente cómo funcionan los sistemas de búsqueda de Internet. Si se mira de otro modo, es como aprender el funcionamiento de un nuevo software para sacarle el mayor partido: todo el tiempo empleado en esta formación es extremadamente valioso e importante.